jueves, 1 de marzo de 2018

Quizá fueron las luces

He apagado la luz
y no escucho mi aliento
ni siento mis latidos.
No noto mi presencia.

No sé si será la noche
o los domingos.
Pero no me encuentro
y me estoy buscando.

Siento la lluvia
golpeando la ventana.
Ella quiere entrar.
Yo quiero salir.

Siento las farolas
y su perfume visual
enfrentándose a la luna.
Nunca me convencieron.

Siento el contexto,
siento el predicado 
pero sigo buscando el sujeto
para no volverlo a soltar.

Siento situaciones
atormentándome en mi cabeza.
Siento lo que fue. Lo que pudo ser.
Pero no lo que es.

Anestesia emocional,
voz ahogada.
Sé que sé nadar
pero me hundo en las sábanas.

Entonces, he encendido la luz,
me he visto desnuda
y no sé si será el amanecer
o que ya es lunes.

No sé si será
el cese de la lluvia
o la rendición de las farolas.
Pero ya me siento.

Quizá fue la abstracción
que propagaban las tinieblas.
pero qué bonito es encontrarse
tras saber lo que es perderse.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

roma

Todos los caminos llegan a Roma y yo, sin embargo, me he quedado a sus puertas pensando en que quizá nunca quiera entrar.