viernes, 23 de marzo de 2018

Por esa chica

Anoche me desperté pensando en ella.
Y no pude volver a dormir.
Pensaba en sus ángeles, en sus tormentas.
En su caos emocional.

Pensaba en sus mañanas
ahogándose en suspiros
por anhelo a respirar.
Caprichos del vivir.

Pensaba en su voz ahogada,
en sus disculpas constantes
hacia quien no comprende el laberinto
en el que se ha acostumbrado a vivir.

Pensaba en el humo
que merodea su mirada
preguntándola el motivo
de la constante autodestrucción.

Escribo por esa chica
que de fiesta se bebía sus lágrimas.
Esa chica que se pierde y se encuentra.
Y se culpa por el viento.

Hoy no escribo por nadie, escribo por mí.
Por mis buenas decisiones
y mis espejos rotos.
Por los abrazos que perdí.

Por mi pozo y mi cuerda.
Por mi llama y mi soplo.
Por mi herida y mi venda.
Por mis gritos al vacío.

Yo me escucho.
Yo me veo.
Yo me siento.
Yo me valgo.

Hoy escribo por mis monstruos.
Por mi hogar, mi noche y mi magia.
De mi,
para mi.

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roma

Todos los caminos llegan a Roma y yo, sin embargo, me he quedado a sus puertas pensando en que quizá nunca quiera entrar.