martes, 27 de marzo de 2018

Insuficiencia crónica

Estoy confusa
conmigo, con el resto.
No sé si me he perdido
o si me estoy encontrando

pero ayer saludé a una estrella
pensando que era la muerte
y, aún así, me pregunté por qué
no pudo devolverme el saludo.

Hablo de mi misma
como si fuera cinco euros;
poco para muchos,
mucho para pocos.

Así que estoy huyendo.
Sin prisa, con miedo.
Y es que ya he cogido el tren.
El billete sólo es de ida.

Huyo en búsqueda del antídoto
que cure mi insuficiencia crónica.
Porque necesito un objetivo
y porque los síntomas me destrozan.

viernes, 23 de marzo de 2018

Por esa chica

Anoche me desperté pensando en ella.
Y no pude volver a dormir.
Pensaba en sus ángeles, en sus tormentas.
En su caos emocional.

Pensaba en sus mañanas
ahogándose en suspiros
por anhelo a respirar.
Caprichos del vivir.

Pensaba en su voz ahogada,
en sus disculpas constantes
hacia quien no comprende el laberinto
en el que se ha acostumbrado a vivir.

Pensaba en el humo
que merodea su mirada
preguntándola el motivo
de la constante autodestrucción.

Escribo por esa chica
que de fiesta se bebía sus lágrimas.
Esa chica que se pierde y se encuentra.
Y se culpa por el viento.

Hoy no escribo por nadie, escribo por mí.
Por mis buenas decisiones
y mis espejos rotos.
Por los abrazos que perdí.

Por mi pozo y mi cuerda.
Por mi llama y mi soplo.
Por mi herida y mi venda.
Por mis gritos al vacío.

Yo me escucho.
Yo me veo.
Yo me siento.
Yo me valgo.

Hoy escribo por mis monstruos.
Por mi hogar, mi noche y mi magia.
De mi,
para mi.

jueves, 1 de marzo de 2018

Quizá fueron las luces

He apagado la luz
y no escucho mi aliento
ni siento mis latidos.
No noto mi presencia.

No sé si será la noche
o los domingos.
Pero no me encuentro
y me estoy buscando.

Siento la lluvia
golpeando la ventana.
Ella quiere entrar.
Yo quiero salir.

Siento las farolas
y su perfume visual
enfrentándose a la luna.
Nunca me convencieron.

Siento el contexto,
siento el predicado 
pero sigo buscando el sujeto
para no volverlo a soltar.

Siento situaciones
atormentándome en mi cabeza.
Siento lo que fue. Lo que pudo ser.
Pero no lo que es.

Anestesia emocional,
voz ahogada.
Sé que sé nadar
pero me hundo en las sábanas.

Entonces, he encendido la luz,
me he visto desnuda
y no sé si será el amanecer
o que ya es lunes.

No sé si será
el cese de la lluvia
o la rendición de las farolas.
Pero ya me siento.

Quizá fue la abstracción
que propagaban las tinieblas.
pero qué bonito es encontrarse
tras saber lo que es perderse.


roma

Todos los caminos llegan a Roma y yo, sin embargo, me he quedado a sus puertas pensando en que quizá nunca quiera entrar.